Hoy en día nadie está a salvo del
VIH, razón suficiente para que cualquier persona con actividad sexual constante se tome el tiempo necesario para poder realizarse una prueba de detección del
VIH, la forma médica por la cual podemos recibir un diagnóstico sobre si es que nos encontramos afectados por el mal o no. Generalmente tan solo se necesita nuestra sangre para poder comenzar la realización de la
prueba, aunque también hay casos en los que se puede optar por brindar
muestras de orina o saliva, lo cual depende totalmente de los encargados de su realización.
Son distintos los tipos de pruebas contra el VIH que suelen ejercerse, por ejemplo la de ELISA o Western Blot. Sea cual sea el caso lo que se busca es introducir el virus en esa pequeña muestra de sangre tomada para ver si es que existen los anticuerpos necesarios para hacerle combate, lo cual muestra si es que el virus causante del sida ya se encuentra presente en la sangre del individuo. Con relación a temas de tiempo la prueba puede tardar entre dos o tres semanas en mostrar resultados.
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