¿A quién no le gustaría lucir siempre joven? El elixir de la juventud siempre ha sido buscado por el ser humano, y se ha visto plasmado dicho deseo hasta en la literatura (recordemos El Retrato de Dorian Gray). Hoy en día lucir joven es posible a través de ciertos tratamientos estéticos. ¿La mejor solución? Un lifting facial o ritidectomía que es una cirugía estética que consiste en reparar la piel del rostro (contorno de ojos, barbilla, mejillas) así como el cuello. De esta manera a través de una intervención quirúrgica, el médico tensa la piel y corrige el descolgamiento o aflojamiento del tejido muscular, obteniendo resultados duraderos que harán que el
paso del tiempo no se note en lo más mínimo. El resultado es inmediato, un rejuvenecimiento del rostro, con una apariencia tersa, sin arrugas y sin cicatrices pues estas quedan escondidas detrás de las orejas.
Si ya te has decidido por un lifting facial, debes saber que debes dejar de fumar con 4 semanas de anticipación así como las 4 semanas después de la operación. También debemos informar que en el postoperatorio del lifting es probable la aparición de hinchazón y falta de movilidad facial, pero es un proceso normal que desaparecerá al poco tiempo.