El Palo Santo es una madera aromática del árbol Bursera Graeolens. Es considerada por pueblos indígenas como sagrada y un gran aliado energético, motivo por el cual es utilizado para rituales de limpieza espirituales así como para fines terapéuticos gracias a sus propiedades curativas.
Características
El Palo Santo es una especie de la familia de las Burseraceae, que crece en bosques secos en gran parte de América, específicamente en Ecuador, Perú, Bolivia, Paraguay, Argentina y Brasil.
Este árbol de corteza lisa y gris, alcanza una altura entre los 4 y 10 metros.
Propiedades
El Palo Santo tiene propiedades antiespasmódicas y antisépticas.
En el ámbito místico, se encarga de alejar las energías negativas y atraer energía limpia, la buena suerte, la calma y el bienestar.
Beneficios
El palo santo al quemarse genera un humo sagrado y milagroso de aroma dulce e intenso que logra bendecir el hogar, al ahuyentar las malas vibras y así generar cambios positivos en él. Quien se encuentre cerca al incienso del palo santo experimentará pensamientos positivos y relajación.
Además el humo también suele ser utilizado como repelente de mosquitos.
El aceite del Palo Santo es utilizado para tratar neuralgias, menorragias, catarros, reuma y micosis.
Sus hojas se utilizan como antiespasmódico. Asimismo son usadas como abortivos e insecticidas.
La madera como tal, sin quemarse se puede colocar en el hogar para aromatizar espacios cerrados.
¿Cómo Realizar una Limpia con Palo Santo?
Para proteger nuestro hogar, debemos tomar una extremidad del palito, encenderlo y aguantar la llamo por unos instantes antes de apagarlo. Luego debemos agitarlo bien para que el aroma del humo blanco purifique diversos ambientes de nuestra casa.
Es importante mencionar que el leño prendido de Palo Santo se apaga fácilmente y lo podemos volver a encender cada vez que deseemos.
Para hacernos una auto-limpieza de aura, encendemos el palito y lo movemos a nuestro alrededor, desde los pies hasta la cabeza con movimientos redondos y pensamientos felices. También podemos bendecirnos con ese mismo humo blanco, arrastrándolo con la mano hasta nuestro pecho ( cerca al corazón) y la cabeza.