El MDMA o 3,4-metilendioximetanfetamina también conocida como éxtasis, cristal, rola o molly es una droga sintética psicoactiva, droga empatógena de las clases de drogas feniletilamina y anfetaminas sustituidas, la cual se ha convertido en una droga muy popular entre los jóvenes, desde la década de los 90´s, por su sensación general de bienestar. Se toma comúnmente con las fiestas raves de música electrónica.
El MDMA se puede encontrar tanto en forma cristalina, en cápsulas o en polvo. La dosis habitual para un adulto suele ser 100 mg a 120 mg.
¿Cómo afecta la MDMA al cerebro? La MDMA actúa aumentando la actividad de tres neurotransmisores: la serotonina, la dopamina y la norepinefrina.
El MDMA produce euforia, sensación de intimidad y conexión emocional con los demás, comunicación desinhibida, disminución de la ansiedad, relajación, sensación de gran energía física, hiperactividad y pérdida de sensibilidad.
Entre los signos visibles de una persona que ha ingerido MDMA encontramos a la dilatación de pupilas, visión borrosa, sed, aumento de la temperatura corporal, calambres musculares y contractura involuntaria de los músculos de la mandíbula.
Tras la ingesta, los efectos pueden tardar en aparecer entre 20 y 90 minutos. Pasado este período, los primeros efectos aparecen más o menos repentinamente durante 5-20 minutos, para pasar a una fase de meseta que dura entre 4 y 6 horas.
Los efectos secundarios del MDMA son falta de sueño, irritabilidad, impulsividad, deshidratación, falta de apetito, hipertensión, nauseas, taquicardia, ataques de pánico, estados depresivos, fallo renal y fallo cardiaco.
La droga está penalizada en la mayoría de los países y su posesión, fabricación o venta puede resultar en un proceso criminal. Se le incluye dentro de la lista de sustancias como LSD, heroína, cocaína, con riesgos altamente demostrados.