Beneficios del Sexo: Ventajas de las Relaciones Sexuales para la Salud
El sexo es sumamente bueno, no solamente te hace sentir placer sino que también es sumamente beneficioso para la salud.
El sexo es sumamente bueno, no solamente te hace sentir placer sino que también es sumamente beneficioso para la salud.
En los últimos años se realizó un estudio llevado a cabo por el Kinsey Institute for Research in Sex, Gender and Reproduction de la Indiana University, el cual desmiente en gran parte una de las ideas más populares que se tenía con relación al género masculino. En burla siempre se ha mencionado que los hombre, en relación a la anatomía femenina, uno de los puntos a los cuales menor atención le toman en un principio es el rostro, y sobre todo si es que se trata de un desnudo.
Esta idea vale decir que ha sido muchas veces alentada por el cine y la televisión ha sido desmentida en los resultados mostrados en la revista Hormones and Behavior con relación al trabajo realizado por el instituto científico antes mencionado, gracias a ello se descubrió que ante fotos poseedoras de contenido sexual o en las que predominan los desnudos lo primero que los hombres ven, en la mayoría de casos, es el rostro antes que cualquier otra parte del cuerpo desnudo. Vale decir también que en el caso de los varones es mucho más común esto que en el de las mujeres.
Cuando el pasó del tiempo, la rutina y el estrés logran sofocar la llama interna del deseo. Cuando la flacidez le gana la batalla a la rigidez y la apatía logra conquistar el perturbador mundo de Eros; aún tenemos a los afrodisíacos.
Afrodisíaco, se dice de aquella sustancia que contribuye a incrementar el apetito sexual; debe su singular nombre a la relación directa que guarda con Afrodita, la diosa griega del Amor. Durante siglos el hombre le ha atribuido propiedades afrodisíacas a aquellos frutos, de tierra o mar, cuyas formas nos hacen evocar a los órganos sexuales.
Los mariscos son considerados los afrodisíacos por excelencia, su alto contenido proteico, su poder reconstituyente y su semejanza con el órgano sexual femenino, en el caso de las ostras; son los estimulantes necesarios para consumirlos cocidos o crudos y esperar sus satisfactorios efectos en el plano amatorio.
Para evitar complicaciones bien vale optar por algo tan simple como un condón (también llamado preservativo), el cual también ayuda a no contraer ninguna clase de enfermedad venérea, método anticonceptivo más utilizado alrededor del mundo y de más fácil acceso. Comenzando haciendo un poco de historia acerca del preservativo podemos encontrar las primeras muestras de su existencia desde aproximadamente 1000 a.C. Época en la que los egipcios utilizaban fundas de tela sobre el pene y los griegos optaban según cuentan historias por el uso de vejigas de cabra tratadas especialmente para este uso. En cuanto a los preservativos más antiguos todavía conservados, encontramos a unos provenientes del siglo XVI, usando justamente tripas de animales cosidas en un extremo para esta tarea, se dice que su calidad es ta fina como los preservativos actuales de látex.
La función del preservativo es bien conocida, se encarga de retener el semen para que los espermatozoides no entren en contacto con el óvulo, lo cual es el inicio de un embarazo, siendo esto evitada en un porcentaje de 97% según estudios científicos. De la misma manera se encargan de controlar las enfermedades de transmisión sexual (ETS) también en gran rango porcentual. En lo que se refiere a la forma de utilizarse, esto también resulta simple, los condones suelen estar enrollados para que con la punta del glande se vayan desenrollando sobre el cuerpo del pene erecto. Por lo general son de látex natural, pero en casos de alergia a este material se puede encontrar también de poliuretano.