La cortisona (17-hidroxi-11-corticosterona) es una hormona esteroide producida naturalmente en la glándula suprarrenal, pero también se produce en laboratorio. Químicamente es un corticosteroide muy parecido a la corticosterona, un fármaco antiinflamatorio e inmunosupresor utilizado en el tratamiento de diferentes trastornos como artritis reumatoide, enfermedad inflamatoria intestinal, asma, alergias, lupus, enfermedades eutoinumes, colitis ulcerosa, enfermedad de Addison, espondilosis, enfermedades oftálmicas, entre otras, afecciones dermatológicas, rinitis, hepatitis, neoplasis, entre otros.
Advertencia
El uso a largo plazo de cortisona tiene un número potencial de efectos secundarios severos: hiperglucemia, resistencia a la insulina, diabetes mellitus, osteoporosis, ansiedad, depresión, gastritis, colitis, hipertensión, ictus, disfunción eréctil, hipogonadismo, hipotiroidismo, lesiones digestivas perforantes, accidentes tromboembólicos, hinchazón general, amenorrea y retinopatía, entre otros problemas los dientes se vuelven amarillos.
No puede prescribirse a quienes practican deportes ya que, sin necesidad terapéutica, puede provocar una prueba antidopaje positiva.
Mecanismo de Acción
La cortisona disminuye el sistema inmunitario, reduciendo así la respuesta inflamatoria. Ayuda a aliviar el dolor, la hinchazón y la irritación en un área específica del cuerpo.
Presentación
El medicamento se encuentra disponible en cápsulas para administración vía oral, gotas ópticas, pomadas para aplicación cutánea e inyecciones para administración vía intravenosa o intraarterial.
Posología
La dosis que se toma depende de muchos factores individuales, incluida la respuesta al fármaco y la gravedad de la afección. El tratamiento con cortisona siempre debe interrumpirse de forma paulatina, siguiendo las indicaciones del médico tratante.
Contraindicaciones
La cortisona no está indicada para pacientes que sufren de tuberculosis, infeciones fúngicas sistémicas, psicosis, úlceras gastroduodenales, insuficiencia renal y osteoporosis.
Efectos Secundarios
El medicamento puede generar aumento del apetito, irritabilidad, insomnio, retención de líquidos, hinchazón, alteración del estado de ánimo, náuseas, debilidad muscular, hipeglucemia, mala cicatrización e hipertensión.