Dentro de las enfermedades que suelen afectar al sistema nervioso hallamos al Parkinson como una de aquellas que pueden considerarse como más populares o por lo menos de conocimiento masivo. Los primeros síntomas del Parkinson son los que pueden darnos una idea de que estamos a punto de ser víctimas del mal, siendo lo que se va a encontrar brazos y piernas que constantemente tiemblan, así como también rigidez en el tronco y las extremidades, la imposibilidad de poder tener un balance perfecto y una notoria lentitud física. Todos estos síntomas pueden volverse mucho más notorios con el paso del tiempo, logrando que existan dificultades completas para caminar y realizar otras acciones comunes.
El Parkinson no presenta todavía una cura fija pese a los avances en investigaciones que se han podido realizar últimamente, los cuales han ayudado a poder conocerlo más a fondo. En sí lo que se sabe es que se presenta cuando las neuronas presentes en la parte del cerebro conocida como sustancia negra comienzan a presentar deterioro o muerte, lo cual influye en la falta de dopamina, lo cual se traduce en una falta de control sobre los movimientos físicos por parte de las células nerviosas, creando los movimientos violentos y repentinos que son comunes en personas que sufren de Parkinson.