Pues te contamos que se trata de un tratamiento bastante sencillo y simple que consiste en limpiar nuestra piel. Tan solo debes refrescarte con agua tibia (ni muy fría ni muy caliente), y luego con algún jabón delicado proceder a remover las impurezas del cutis para renovar las células nuevas. No necesitas ningún aparato tecnológico ni hacerte un peeling. Tan solo consigue una esponja o un cepillo de cerdas suaves y con movimientos circulares frota toda tu piel.
Es bueno, después de proceso de limpieza asegurarnos de quitar la grasa con un astringente. Después puedes aplicarte un tónico o una crema para humectar la piel. Finalmente haremos el uso de una mascarilla.
Por ejemplo, existen diversos tipos de peeling casero que llegan a tener buenos resultados exfoliantes, como uno de los más sencillos nos encontramos con el uso de un poco de azúcar disuelto en agua para luego lavarse el rostro con ello, la mezcla es perfecta para poder eliminar las células muertas que quedan en el rostro y así notarlo mucho más limpio y vivo.
Mezclas de harina de maíz y limón también son buenas como mascarillas, pero ante todo ten en cuenta no abusar del uso de estos métodos ya que suelen irritar la piel.
Es conveniente siempre practicar la exfoliación sobre la piel húmeda pues será más sencillo realizar todo el proceso.
Finalmente déjanos decirte que antes de usar algún tipo de mascarilla es necesario saber qué clase de cutis tienes, hay quienes tienen un rostro de tipo graso, otras de tipo mixto y hay quienes tienen un rostro seco. Una vez que sepas qué clase de cutis tienes, procede a escoger el producto que mejor te caiga.