El incienso es una preparación de resinas aromáticas vegetales con aceites esenciales que crea un aroma floral o frutal que cuando se quema desprende un humo fragante.
Debido a sus poderes sanadores, de purificación, meditación y relajación, ha sido utilizado desde tiempos inmemoriales para fines religiosos y terapéuticos por diversas culturas como el Antiguo Egipto, la cultura china, la cultura japonesa, la cultura hebrea, la cultura india, la cultura griega, la cultura fenicia, la cultura árabe, la cultura romana, la cultura maya, la cultura azteca, el budismo y la Iglesia Católica.
Presentación
Se encuentra disponible en forma de conos, varillas y espiral.
Algunos olores comunes son limón, lima, pomelo, lila, naranja, mandarina, entre otros.
Beneficios
Ayuda a entrar en estados meditativos.
Alivia dolores físicos y dolencias causadas por el estrés. Activa canales en el cerebro que alivian la ansiedad y la depresión.
Se usa para mejorar el olor del ambiente.
Mejora la circulación sanguínea y los procesos inflamatorios: lo logra gracias a los ácidos boswélicos.
¿Cómo se usa?
El incienso debe prenderse y, acto seguido, apagarse, de manera que el incienso continúe brillando y humeando mientras se consume.
Advertencia
La intoxicación de incienso puede ocurrir cuando alguien lo olfatea o lo ingiere en su forma líquida.
Puede generar riesgo de contraer cáncer, debido a los elevados niveles de benzopireno en el humo del incienso.
Asimismo la quema de incienso puede desencadenar síntomas respiratorios como tos crónica, expectoración crónica, bronquitis crónica, goteo nasal, sibilancias, asma, rinitis alérgica o neumonía.