Algunos frutos son el resultado de una proceso natural que nos proporciona una serie de beneficios y nutrientes que pueden mejorar nuestra calidad de vida. En este post hablaremos de la berenjena, que es parecida al tomate, las patatas o los pimientos dulces.
Ésta es una planta de la familia de las solanáceas que procede de la India, se caracteriza por crecer en climas secos y cálidos cuyos frutos son de tonalidad morada. Este color es gracias al elevado contenido de antocianina y es brillante por fuera y blanco o medio amarillento en el interior. La fruta es de forma cilíndrica y de puntas redondeadas, carnosa, que puede llegar a crecer entre 5 y los 30 centímetros de largo.
La berenjena trabaja como desengrasante, por lo que es muy recomendable comerla después que nos llevamos grasa al estómago, posee pocas calorías y al mismo tiempo es antioxidante y preventiva de algunos tipos de cáncer y enfermedades cardiacas.
Si machacamos la berenjena nos puede servir como pomada para las quemaduras.
Asimismo beber medio litro de agua de berenjenas al día, por una semana, reduce el colesterol. Puedes prepararla dejando en remojo trocitos de berenjenas en una parte oscura por 24 horas.
Las propiedades de la berenjena las traen sus nutrientes, muchas vitaminas E y C, tiene un bajo aporte calórico que la ubican entre las hortalizas ideales para la salud y también se ubica entre los principales alimentos para adelgazar. Ten en cuenta que cada 100 gramos de berenjena aporte una hidratación única con más de 92% de agua, 0.2% de grasas y alrededor de un 6% de hidratos de carbono junto a un 1% de proteínas.
Es también rica en minerales, como el magnesio, potasio y fósforo, además del cobre, zinc, calcio, hierro que aparecen en menor medida.