Una manera excelente de nutrir el rostro es con una mascarilla de colágeno, la cual nos permite dejar la piel firme y tersa.
El colágeno es una proteína fibrosa que otorga suavidad y uniformidad a la piel, gracias a sus características de elasticidad y flexibilidad, por tal motivo es sumamente utilizada en cremas y tratamientos de belleza.
A medida que la piel envejece, se va perdiendo colágeno, lo cual causa cambios en la tersura de la piel, luciendo resquebrajada, debilitada, seca y áspera.
Las mascarillas de colágeno tienen un efecto anti flacidez, anti arrugas y el uso adecuado y continuo equivalen a un lifting biológico.
El primer paso antes de colocar la mascarilla es limpiar las impurezas y células muertas del rostro con un exfoliante, haciendo masajes circulares con la ayuda de un algodón. Luego enjuagamos el rostro.
Al colocar la mascarilla de colágeno, ésta debe estirarse con cuidado para colocarla sobre el rostro, respetando siempre el área circundante de los ojos y la boca. Debemos dejarla actuar durante un período 20 minutos, para luego retirarla, desprendiéndola desde arriba.
Finalmente se recomienda colocar en el rostro una crema hidratante.