La hepatitis A es un virus que suele presentar sus síntomas entre una quincena o mes y medio después de que uno se infecte, razón por la que durante el período previo a ello se podría dar el caso de contagiar a otras personas de modo accidental. Con respecto a este aspecto, generalmente el contagio se lleva a cabo en base a consumo de alimentos que contengan el virus, habiendo sido contaminados por sangre o materia fecal que contenga la hepatitis A, ello se puede llevar a cabo por falta de higiene del individuo infectado. Aparte también se puede mencionar el caso de infección debido a mantener relaciones sexuales con contacto oral o anal con personas infectadas.
Con relación a los síntomas, estos suelen ser no tan agresivos, pero igualmente duraderos, siendo ello lo que causa mayor molestia a las personas afectadas. Viendo el listado justamente de los síntomas podemos encontrar fiebre baja, náuseas y vómito, piel de tono amarillento, falta de apetito, fatiga, picazón en diversas zonas del cuerpo, heces en tono pálido y orina oscura.
Lo que un doctor va a poder encontrar dentro de un paciente con el virus de la hepatitis A va a ser una inflamación de tipo aguda en el hígado, pero pese a ello el daño no va puede ser considerado como permanente.