En caso de que el ser humano no crezca bajo un consumo regular de vitamina D es fácil que termine sufriendo de males como el raquitismo u otra clase de malformaciones en los huesos y dientes. Por otro lado también tengamos en cuenta que su consumo en exceso también llega a ser perjudicial, dándonos debilidad corporal así como también cansancio crónico y sensaciones de nausea. Generalmente a esta vitamina liposoluble nos la encontramos como muy propia de alimentos como los lácteos o los huevos, aparte también se menciona que la exposición a la luz solar también puede resultar favorable con respecto a la producción de la vitamina D.