Muchos remedios para la tos son de tipo alimenticio, destacando en primer caso el clásico caldo de pollo, una alternativa que seguramente conocemos de nuestras madres. Aparte de ello también podemos contar con otras soluciones como una taza de leche con una cucharada de miel y un poco de aceite de ajonjolí.
Otra alternativa muy similar consta de cocinar tres higos negros para luego picarlos y agregarlos también en la leche. En caso de no tener mayores complicaciones con lo que puedas comer también puedes optar por un diente de ajo cada lapso de tres horas.
Para terminar no olvides el realizar gárgaras en base a agua salada, algo realmente sencillo y que brinda soluciones rápidas.