Cada habitante de una determinada región del mundo, tiene características físicas que van a marcar la diferencia entre sí; como sucede cuando se comparan diversas culturas. La estatura es un punto muy variable en cada nación, pero en muchos casos una deficiencia no pasa por un tema racial, sino por problemas que desde pequeños las personas padecen y deben aprender a lidiar con ellos. En este post vamos a hablar de la estatura en los niños.
Cuando hablamos de estatura baja nos referimos a toda persona que esté considerablemente por debajo del promedio de una persona de la misma edad y sexos. En el caso de los niños existe cierto porcentaje que se encuentra por debajo de la estatura promedio de sus compañeros. Para poder medir la estatura en niños se utiliza una “curva de crecimiento”.
Un niño puede ser más bajo o más alto que un niño promedio de la misma edad.
Se utiliza una medida llamada desviación estándar (DE) para comparar la estatura de diversos niños.
Si la estatura del infante tiene de más de dos desviaciones estándar por debajo de la estatura promedio de otros niños de la misma edad se dice que es un niño de estatura baja. Lo más recomendable es que un médico evalúe la tasa de crecimiento del niño a través del paso de los años.
Estos pueden ser algunos problemas que puede traer el tener una baja estatura:
– Trastornos óseos o esqueléticos, como raquitismo o acondroplasia inflamatoria, celiaquía, enfermedad de Cushing, hipotiroidismo y diabetes.
– Enfermedades crónicas como: cardiopatía congénita, nefropatía, asma, anemia drepanocítica, talasemia, artritis reumatoide juvenil, enfermedad intestinal.
– Trastornos genéticos como el síndrome de Down, el síndrome de Turner, el síndrome de Williams, el síndrome de Russell-Silver y el síndrome de Noonan.
– Infecciones del feto antes de nacer.
– Desnutrición.
– Deficiencia de la hormona del crecimiento.
– Crecimiento deficiente del bebé mientras está en el útero (restricción del crecimiento intrauterino) o nacer pequeño para la edad gestacional.