Para comenzar debemos saber que la higiene bucal es uno de los primeros ritos que hacemos en las mañanas. Así que cepilla bien tus dientes al levantarte. Procura hacerlo de la manera correcta, es decir, cepillar no solo los dientes, sino también la lengua, el paladar y las mejillas. Cepilla por todos lados. Al concluir utiliza el enjuague bucal, y limpia el resto de tus dientes con hilo dental. El procedimientos es muy sencillo, solo debes pasarlo entre cada diente por ambos lados de la encía.
La limpieza del oído también es importante y para ello vamos a humedecer la punta de un hisopo de algodón y lo frotamos en cada una de las orejas para así limpiar todo residuo de cera. Tengamos cuidado de no penetrar mucho la cavidad del oído, pues podríamos dañar el tímpano.
El baño diario nos mantendrá de buen ánimo, libres de estrés y muy limpios; tratemos de usar suficiente champú y frotar bien todas las áreas de nuestro cuerpo con jabón. Enjuaguémonos bien.
Las uñas largas son un detalle muy desagradable que no pasa desapercibido, así que mantenerlas limpias y cortas será la mejor opción. Cortemos tanto las uñas de los pies como las de la mano. Recoge los residuos y lávate las manos.
Los vellos en la nariz también son perturbadores así que toma unas tijeras o retíralos con pinzas. No olvides siempre usar desodorante bajo los brazos y cepillar el cabello.