Ese no es el único problema que se llega a tener con respecto a los tacones y las embarazadas, tengamos en cuenta que la mujer en estado de gestación se encuentra en un proceso de cambios hormonales, causando lo que viene a ser un aumento en la relaxina, una hormona que se encarga de ablandar y estirar tanto los ligamentos y músculos de todo el cuerpo. Lógicamente los tacones se vuelven grandes enemigos de la mujer por ello, haciendo que sea más fácil poder tener lesiones como torceduras, esguinces e inclusive la fractura de algún hueso. Lo mejor es optar por zapatos pegados al nivel del suelo e inclusive sandalias de playa, siendo lo primordial la comodidad antes que la posibilidad de sufrir problemas de salud.