Las dietas macrobióticas se pueden considerar como vegetarianas en gran medida, siendo la división de alimentos en 50-60% de cereales, 20-25% de vegetales, entre 5-10% de legumbres y un 5% de sopas. En caso de querer consumir carnes se recomienda que esta sea de tipo magra, evitando también la piel, y asimismo en cantidades austeras. Los lácteos también se suelen limitar, cambiándose por vegetales de hojas verdes ya que pueden presentar un similar tipo de vitaminas y componentes beneficiosos para nuestro organismo. La clave de esta dieta es la buena combinación en alimentos.